PERDONA Y ABRE TU MENTE A LA VERDAD

 

Respiramos en la afirmación de que somos uno con Dios.

Si pienso con Dios es que soy Dios. Si Dios se expresa a través de mi pensamiento, es que somos uno en esencia y vida. Observa los obstáculos y las ideas que te impiden perdonar. Perdona en tu mente cualquier resistencia que me impida reconocer que sólo eres uno con el Creador y que sólo puedes pensar desde el Ser que es uno con Él.

Nuestro pensamiento le pertenece, nuestras creencias dan forma de su esencia, dan fe de su esencia. Desde aquí, nuestras emociones y nuestras acciones expresan nuestra divinidad en Dios. Esta es nuestra salvación, este es el camino de vuelta a la Conciencia de la Verdad.

Hemos de aprovechar cada instante para perdonar cualquier idea que nos quite la paz aquí y ahora, cualquier creencia que nos separe de esta Conciencia infinita del Amor que somos, de este saber que somos capaces, que somos poderosos, que somos suficientes, que somos inocentes, que somos abundantes.

Piensa tu vida con estas ideas. Sueña tu vida, tu experiencia, tu forma física, tus relaciones, tu trabajo con estas ideas. Obsérvate, observalas, deja que el fluir del Hijo de Dios hable de su Padre, marque el camino de vuelta a casa para todo aquel que se haya perdido, para tí mismo que te has perdido en las formas del mundo.

Y ahora, en la quietud, respira profundamente y acercáte a las ideas que hoy van a afianzar la Verdad aún más en tu mente, van a preparar tu mente para esa apertura que necesitas, para la práctica y la vida del Amor, de la Conciencia de Dios aquí.

Al perdonar no se te pide que renuncies al mundo pero sí que reinterpretes o te interpretes de nuevo en este mundo y percibas correctamente lo que este mundo te trae y lo que te ofrece. Cada escenario de tu vida es una oportunidad para elegir el Amor en lugar del miedo. Hoy estas eligiendo ir más allá del miedo y quedarte con los pensamientos de Dios, con el Amor que eres.

El sueño feliz se presenta con alegría, con color, con nuevos escenarios de vida abundantes. Todo está preparado para que lo elijas, para que tú lo vivas así, para que hagas tu función aquí. Estás a un paso de la atemporalidad, el mundo sólo manifiesta lo perecedero, la muerte. En el mundo todo empieza para terminar, pero  tu elección te lleva a lo eterno, a dejar lo temporal y quedarte con lo atemporal, con lo que no acaba, con lo que siempre es. Cada vez más, más abundancia, más  plenitud, más confianza, más fe, más paz.

Libérate aún más del sueño de este mundo y de las formas y creencias que en nuestra mente le han dado lugar.

No hay dos mundos. La idea de Unicidad es que sólo hay uno, sólo está la Verdad en nuestra mente y esa Verdad es una con nuestros hermanos, es una con la totalidad y en el cosmos es una en Dios y eso es lo que únicamente yo puedo ver, todo lo demás que vea son formas que me separarán de la Unicidad.  Date cuenta de que vas a ver lo que creas que quieres ver, aquello que creas que eres, aquello que pones en tu mente será lo que decidas ver.              Entonces, elige pensar sólo con los pensamientos que tu mente alberga en Dios, con los pensamientos que te hablan de tu abundancia, de tu plenitud, de tu inocencia.

Desde ahí tus relaciones serán abundantes, tu función será abundante, tu paso por este mundo será pleno , feliz, en paz. El conocimiento tomará toda tu mente y ya no habrá más duda, más incertidumbre, más rencor en contra del mundo porque no habrá vacío, ya no te reflejarás en un mundo vacío. Pide la fuerza del Padre para que te haga ver la Verdad, vacía tu mente de toda ilusión, de toda creencia que le siga dando realidad a lo que no es verdad, al mundo ilusorio, al mundo de nacimiento y muerte, al mundo de dar para recibir, o el mundo en el que das y pierdes o si tu ganas otros pierden, pues no es real.

Nuestros pensamientos en Dios nos llevan más allá de este mundo, a ver la única verdad, al mundo que yo deseo, al reflejo de mi inocencia en él.

No busques más, no necesitas más, aquí está tu salvación, ríndete aún más y abre tu mente perdonando lo que no eres y tu resistencia, para que la Verdad surja.