Jueves, 31 de Diciembre del 2020

Comienza el año en gratitud

Comienza el año en gratitud

 

A la entrada de este nuevo año dejamos caer nuestra vista atrás para darnos cuenta de todo el trabajo de perdón que nos ha traído hasta aquí.

Surge nuestra gratitud por todo lo vivido al Único que lo hace posible.

Te damos gracias Padre, porque has estado con nosotros continuamente regalándonos milagros en forma de pensamientos de amor, de trascender momentos de miedo, de ira, de rencor, enfermedad…

Te damos gracias porque has derramado continuamente tu Espíritu para sacarnos del olvido, para devolvernos la conciencia, el recuerdo de ser el Cristo, de ser Tú.

Te damos gracias porque tu visión aúna nuestra mente con todo hermano, nos permite ver y percibir el amor y la inocencia, que de nosotros hay en todo lo que nos rodea. Y eso nos ha permitido unirnos a todo ser, trascender todo ataque, defensa, conflicto. Esta conciencia nos ha permitido vivir más en paz, vivir abriéndonos a recibir y a dar lo mejor.

Valoramos todos los cambios que hemos realizado en nuestra vida, valoramos dónde nos encontramos ahora mismo. Reconocemos desde este lugar, desde esta nueva conciencia de Cristo, nuestra entrega comprometida, un nuevo propósito firme y determinado de aprender a amar, de recordar quiénes somos y de vivir esa divinidad que somos tanto en la luz como en la oscuridad. Reconocemos que estás y que somos en ambas partes y que todo está bien si nuestro fin último, no está puesto en nada de lo que nos rodea en este mundo sino en trascender toda forma para traer tu amor aquí, el recuerdo de la Verdad, viviendo de acuerdo a ella, con desapego, con valentía, con confianza, con abundancia, con plenitud.

Desde esta conciencia comenzamos aparentemente un nuevo año, porque cada instante es un comienzo, cada instante en el que me planteo y elijo con qué parte de mi mente quiero diseñar mi vida, si soy canal del amor o mi pierdo en el miedo. En este instante, donde vuelvo a elegir recordar para qué estoy aquí y jugar utilizando todos los dones que me has proporcionado, invirtiendo todos esos dones con creatividad, con la creatividad del Amor con el que me has transformado, transformando desde tu paz mi experiencia y la experiencia de mis hermanos, mi visión de ellos.  

En este instante reconozco que no tengo que pedir más luz ni más conciencia porque ya la soy y ya la tengo.  Pero si tengo algo que pedir para este año, Padre, para mi y para toda la mente del Hijo de Dios que está dispersa en cada uno de mis hermanos, pido rendición, aceptación, gratitud y confianza para aceptar y hacer uso de toda la conciencia y la luz que ya somos.

Que nuestra rendición sea total, que nuestra aceptación sea total, para reconocer que no necesitamos nada más pues lo somos todo ya, que nuestro propósito sea nuestro reconocimiento para poder hacer uso exclusivo de esta abundancia para jugar, disfrutar de ser Dios en el mundo, para ser canal y embudo de Tu amor reflejándolo en nuestra vida.

Que aprendamos a ser canales, a ser emisarios de la luz, que aprendamos a amar en esta forma que nos regalas Padre, que aprendamos a perdonar realmente toda forma para quedarnos sólo con la esencia, con el recuerdo de la inocencia en todos los aspectos de nuestra vida, y que este sea nuestro propósito, y que abracemos el amor que sintamos al hacer y dar nuestra vida, en este único y amoroso cometido hacia el mundo y para nosotros mismos. Hagamos que todo sea diferente dándonos cuenta que todos somos Uno, todo es lo mismo, pues Dios se derrama en todo aspecto de la Creación por igual.

Aprendamos a verlo, a usarlo, a compartirlo y a disfrutarlo.

Que así sea. Gracias Padre.

Compartelo en las redes sociales