Miércoles, 5 de Agosto del 2020

Cristo no solo fue Jesús

Cristo no sólo fue Jesús

Artículo inspirado en las enseñanzas de UCDM

 

El Cristo es nuestro Ser, el Cristo es lo que somos, el Cristo no es nada externo a nosotros no es un ente que tengamos que alcanzar, no es un estado fuera de nosotros que tengamos que conseguir, es un estado de Conciencia que surge de la unión íntima con el Santo, Inocente Hijo de Dios que somos, que surge del perdón realizado en todos los aspectos de nuestro programa, que surge del resultado de soltar las identidades, las formas, todo lo que nos atrapa en el mundo, y llegar a descubrirnos en esa Santa Inocencia en ese Hijo de Dios único, sin diferencias, en esa Unicidad que nos da la fuerza, que nos ampara, que nos da la forma que nos lleva a casa lejos del amor de Dios aquí en el mundo.

El Cristo es un aspecto de la ilusión, entendamos esto; es nuestro estado de conciencia que nos une a Dios, pero es un término utilizado en la ilusión, ¿en qué sentido? en el sentido en que una vez que estás en Dios, eres Dios, el Cristo es esa referencia el símbolo de nuestra unión íntima con nuestro ser, del Santo Hijo de Dios Uno.

Aquí en el mundo aparentemente parecemos mentes separadas, distintos aspectos del Hijo de Dios, distintas mentes que están viviendo su experiencia de separación y de encontrarse y de elegir de nuevo la unicidad y a Dios en nosotros, el conjunto de todas esas mentes, en el estado de recuerdo de la Verdad, en el estado de haberse reconocido uno en Dios, eso forma al Santo Hijo de Dios y eso es el Cristo.

El Espíritu Santo se extiende desde Dios hacia nosotros para recordarnos que somos el Cristo, y se refleja en el Cristo y el Cristo nos refleja a su vez la Verdad que somos.

El Cristo es la Conciencia de Dios, es el susurro de Dios en nuestra mente y con él todas las virtudes, dones, cualidades, compleción, totalidad, plenitud de Dios en nosotros. Entonces Cristo tiene todas las virtudes del humano en la mente divina, pero Cristo vive desapegado del sueño aunque es un aspecto del Hijo de Dios que se encamina hacia el recuerdo de Dios para salir del sueño de la ilusión y es como el salvoconducto que nos saca de la ilusión. Cuando estas en Cristo estas ya en la antesala de Dios.

Cristo eres Tú, Jesús fue el Cristo cuando trascendió todo error, todo sueño, todo aspecto humano, ilusorio, cuando desapareció en la mente Uno, haciendo lo que le tocó, desapegándose, rindiéndose a vivir la experiencia como te tocó, en ese momento para mostrarnos como un gran avatar qué es el Cristo, que no somos un cuerpo , que no somos la forma, que no hay una visión aquí que nos dé la realidad, que no hay nada en el mundo que nos pueda dar nada de lo que realmente somos ni necesitamos.

El Cristo está aquí para recordarnos que no somos de este mundo, que este mundo no es nuestro hogar, que volemos alto. El Cristo nos enseña cómo estar en el mundo pero volando sobre él, mirando desde la inocencia, compartiendo solo la inocencia, siendo el Amor, eligiendo en cada instante el Amor.

El Cristo es el regalo que Dios nos hace para que volvamos a Él, nos enseña a mirar sin juicios, sin identificaciones, el Cristo ha estado en el bien y en el mal, sabe qué es el bien y el mal, es parte de la dualidad porque ha estado en ella, pero está en ella para sacarnos de ella y mostrarnos el camino, deshaciendo la negación, el miedo al no identificarnos con ello, pudiendo vivir en la dualidad pero sin identificarse con el dolor, con la culpa, elevando nuestra mente al Amor y a la Verdad, a la única conciencia del Santo Hijo de Dios que somos, recordándonos que somos sólo eso y sólo ahí es donde podemos vivir.

El Cristo es nuestro oasis en el mundo, porque necesitamos un oasis para beber del agua de vida, de la inocencia, de la abundancia, de la plenitud, de la mansedumbre, de la confianza, de la honestidad, de la indefensión, de todas las características del hijo de Dios que se encamina de vuelta a casa, y tiene que vivir las experiencias antes de llegar a su hogar.

Cristo no solo fue Jesús, Cristo eres Tú en tu elección por Dios, por tu inocencia.

La faz de Cristo es el regalo que se te da para que mires desde la inocencia , para que elijas solo verte en Él, para que des un salto de toda duda, de toda identificación, de todo juicio , para que no busques nada más en estos enredos de la forma, de la ilusión, de la mentira, cuando contemplas la Gloria de Cristo puedes ver tu propia Gloria y ya sabes que no tienes necesidad de nada más, de percibir, de amar en el mundo, de relaciones, de dar, no tienes necesidad de nada de eso, ya solo estás en tu Santo Ser que es el Cristo que Dios creó como su Santo Único Hijo y que hoy te devuelve, hoy te recuerda.

Escucha solo esto, no hay nada más, no te engañes más en falsas ilusiones, esta es la Verdad, tu única Verdad.

Sigue perdonando lo que necesites, sigue soltando la ilusión, sigue cristificando tu experiencia humana, sigue cristificándote en Dios, este es tu camino de vida, esta es tu única Verdad, este es el abrazo de Dios para Ti, abrázalo fuerte y un instante después verás a Dios.

Gracias Padre por el Cristo, en Él estoy, en Él te veo en Él encuentro mi Paz.

 

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