Viernes, 29 de Junio del 2018

Gracias Padre

Gracias Padre

Gracias Padre, por el ofrecimiento que nos das en cada instante de nuestra vida para verlo todo de otra manera.

Gracias por tu liberación, por sacarnos del campo de batalla, con tanta firmeza y tanto Amor.

Gracias por ofrecernos otra manera de ver las cosas y mostrarnos que solos no podemos.

Gracias por darnos este nuevo camino, de tu mano y guía. Un camino de resolución y no adicción al conflicto.

Gracias, porque desde tu visión y este paso atrás que nos ofreces dar, todo aparece como una oportunidad para crecer; deshaciendo lo que ya no nos sirve, eligiendo de nuevo, aceptando nuestra única voluntad en ti y en la Verdad que somos y permitiendo que, desde esta voluntad, la luz sea aquí y ahora.

Que la luz nos libere del sufrimiento, de querer tener razón, de que las cosas sean como esperamos; de nuestros bucles y adicciones al conflicto, al dolor y a la ansiedad que genera esto.

Cansados de luchar por fabricar este mundo de separación, venimos a ti con nuestras manos vacías y el corazón lleno de deseos de amarte y recibir tu Amor. Con la mente abierta a reconocernos y rendirnos en la abundancia que somos, poniéndonos en tus manos, a la vez que te entregamos todos los aspectos de nuestra vida.

No permitas que llevemos el control, que nos olvidemos de nuestro cometido aquí y nos confundamos queriendo salvar al mundo. Enséñanos a vivir el mundo desde tu visión, para acoger cada instante de nuestra vida, como una oportunidad amorosa que se nos regala para elegirnos de nuevo en ti, reconocerte en cada acto, situación y hermano, más allá de formas y acontecimientos.

Para volver a la Unicidad, que es nuestra fortaleza; a la igualdad, que es nuestra honestidad; a la Paz, que es nuestro estado natural.

Que toda experiencia vivida sea para engrandecer la única unión en el Amor.

Que toda experiencia vivida sea un trampolín para volver a casa.

Que con la invitación al Espíritu Santo a cada acontecimiento de nuestra vida, amorosamente, cojamos de la mano a nuestros Hermanos para envolvernos en la Inocencia y comprender que ambos, en la eterna grandeza que somos, estamos haciendo lo mejor que podemos aquí.

Que todo sea para nuestro bien, que así sea.

 

Con el Perdón como guía, seguimos caminando.

 

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