El reconocimiento viene de tu propia aceptación

Si te observas buscando fama, aprobación, reconocimiento. Si te observas imaginándote diseñando tu vida en función de que esa aprobación, reconocimiento y fama llegue, es que te has olvidado de lo que eres para mi, de quien eres en mi.

No está mal que juegues en el mundo a lo que toque, pero es un error que diseñes tu vida en función de que esa aprobación y ese especialismo llegue a tu vida.

Ser especial, ser distinto en el mundo; tener una función y hacerla de forma visible, no es el problema. El problema es hacerlo todo enfocado a esa visibilidad. El problema es que tu identidad dependa de que eso se vea, se reconozca, se admire.

Tu felicidad es tu unión íntima en el reconocimiento de la verdad que eres en mi y yo en ti. Solo desde ahí, podrás aprobarte, reconocerte, aceptarte.

Para mi ya eres especial, pues ya eres Uno conmigo.

No busques con el cansancio que genera mantener la identidad en el mundo, ser especial para el mundo.

Olvídate de esforzarte en tener lo que ya eres. Lo que ya eres depende de tu aceptación, de tu mirada inocente hacia ti mismo y tu reconocimiento y aceptación del tu ser profundo a través de tu mirada, de tu Sí a la Vida.  

Ese Ser no necesita más reconocimiento, ni más puesta en el mundo ni en escena, ni más maquillaje ni florituras en su acción. Ese ya ES y solo necesita ser reconocido, aceptado y jugado en tu día a día.

Recuerda, ya eres! Sin esfuerzo, sacrificio, ni defensa ni ataque.

YA ERES! Deja que lo que eres tome su forma en el mundo, en ti; para que te traiga de vuelta a casa junto con tus hermanos.

 

Que así sea