Martes, 27 de Marzo del 2018

Para llenar, primero hay que vaciar

Para poder entrar en tu vida, en ti y en tu mente corazón, necesitas hacer más vacío. Para llenar, primero hay que vaciar. 
 
Mas aún prestas mucha atención a todos los acontecimientos que te definen, que te dan seguridad; a todas las relaciones con las que te identificas y estableces lazos de unión íntima. Dedicas mucho tiempo a controlarlo todo, a mantenerlo como crees necesitar, para tu seguridad. Y no te das cuenta de que alimentas el miedo y engrandeces tu pequeñez. 
 
Necesitas hacer más vacío, pararte, vivir más en quietud, para darte cuenta del tiempo que inviertes en alimentar el miedo y la culpa. En llenar tu vacío, tu frustración, de cosas inútiles pero pesadas, que con el tiempo originan más dolor y esfuerzo en tu vida. 
 
Es momento de parar y aquietar, hacer más silencio, no invertir tiempo en lo que hasta ahora te ha mantenido en la esclavitud de tu razón, de tus ideas, creencias e identidades. Es tiempo de parar para poder elegir. Es tiempo de ir más despacio para darnos cuenta de lo que nos genera dolor, sufrimiento y sacrificio. Lo que ya no nos llena, lo que ya es pasado en nuestra vida. 

Traer continuamente el pasado al presente, para seguir viviéndolo, en bucles de ignorancia, sacrificio y culpa, engrandece nuestra frustración y debilita nuestra verdadera autoridad y poder en el Amor. 
 
Dedica tiempo a vaciarte de lo que ya no es tuyo, lo que no eres, lo que es tu pasado, para dejarlo ir. Dedica tiempo conmigo, para definir tu presente y fluir en tu futuro inmediato. Desde ese presente de Paz, abundancia, plenitud, capacidad y merecimiento, que te ofrezco cuando escuches lo que tengo que decirte acerca de ti y lo que tenemos que hacer juntos. 
 
Estoy dispuesto para definir tu vida, pero necesito que te hagas a un lado, para indicarte la Verdad de lo que hay, aquí y ahora, y el camino a seguir. 
 
Párate, en quietud y silencio; pregúntame con confianza, pon paciencia en tu deshacimiento y no te sientas solo en este deshacer, pues yo te mantengo en la mente recta, en el conocimiento, en lo eterno e inmutable, donde no puedes perderte. 
 
Haz sitio en tu mente corazón, y allí sembraré el Amor. Y con él la abundancia, la Paz y la Totalidad. 
Que así sea.
 
 
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